«La muerte y la memoria son elementos esenciales para explicar el pasado. En su afán por controlar el relato de lo sucedido en momentos traumáticos de la historia, el poder ha recurrido a la conmemoración de la muerte para generar una potente memoria colectiva que explique lo sucedido, plegándola a sus propios fines e interpretaciones. En ese proceso, las guerras han sido un elemento esencial: en el devastador siglo han sido un puntal para configurar la memoria de los individuos, de las sociedades y de las naciones. En esta obra, queremos ocuparnos del mito de los «caídos por Dios y por España» del franquismo mediante la construcción de monumentos a los muertos en su bando en la guerra civil. Hacerlo es relevante para nuestro presente y futuro, aún en tiempos de pandemia global. La guerra civil española ha sido el acontecimiento más traumático e importante de la historia reciente de España: con ella termina el sueño de la democracia y de la modernización del país que supuso la II República; con ella empieza una dictadura de casi cuarenta años que trajo profundas transformaciones, frenos y consecuencias al país y a quienes en él viven. Pero nuestra guerra es parte de una historia europea, del convulso y terrible devenir de Occidente durante el siglo XX, como parte de un drama compartido aunque tenga sus propias peculiaridades. De todo aquel dolor, de toda aquella muerte y cenizas provienen nuestros días, nuestro presente. Un presente que está cargado de pasado que se palpa a cada instante, a poco que lo escuchemos. Es ese pasado de memoria de la guerra civil el que duerme en la historia de los monumentos a los caídos que estudiamos en esta obra. Pensamos que hacerlo merece la pena.»

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